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Luis Bedia y Carmen Rodrigo











Julio Luis Medina Pasaje
y Luz Esperanza Samame Silva










Hermes de la Torre y Fernando Serrano














Carmen Martín














Marifé y Jesús María Martín Mateo






Federico Lucendo Pombo y Julián José Soto

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Eder Omar Paiva Ramírez y Walter Gala


GRUPO SANGRE MORENA
























Alberto García Cerviño














María Eugenia Hands y Ariane González














Fernando Guitiérrez Gómez
Responsable de medios de comunicación de Amnistía Internacional- Cantabria.































































































































¿Nos han enseñado a comunicarnos?

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MSc. Irene María Brizuela Gil

Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.
Sigmund Freud (1856-1939)

En mi práctica pedagógica por más de 32 años, he podido constatar que a pesar de que la comunicación es concebida como la matriz de todas las relaciones humanas, como un proceso permanente y circular de interacciones, en las que cada hombre participa de la misma manera que lo hace un músico dentro de una gran orquesta, para hacer su propia interpretación de una “partitura cultural” , no hemos sido preparados para comunicarnos de una manera eficaz.

Esto me ha motivado a compartir algunos elementos que a mi consideración son necesarios socializar y brindarle una mirada oportuna.

La comunicación, no consiste, sencillamente en hablar y escuchar. Incluye formas verbales como: la expresión del rostro, la forma de vestir, la postura corporal, entre otros. Es conveniente y saludable conocer que el contenido del mensaje se suele mandar de forma verbal y los sentimientos de forma no verbal.

¿Cómo comunicarnos eficazmente? Algunas reglas a tener en cuenta:

• Ordenar nuestras ideas antes de transmitirlas
• Considerar el contenido del mensaje.
• Captar necesidades e intereses del interlocutor.
• Transmitir adecuadamente el mensaje (canales, medio y contenido)
• Retroalimentarnos (preguntar, reafirmar o repetir la información)

En este tema de cómo aprender a comunicarnos, se hace necesario resaltar que todos podemos comunicarnos, pero no siempre sabemos hacerlo.

Muchas veces en nuestra interrelación con las personas, en nuestro núcleo familiar, social o laboral, transmitimos un mensaje sin tener en cuenta al destinatario, solamente nos interesa dar respuesta a: ¿Qué quiero decir? y ¿qué quiero informar?, no valoramos ¿a quién se lo voy a decir?, por lo que realmente nos tipifica como un “puro comunicador”.
Ahora, si nuestra mirada y reflexión se centra, en que la verdadera comunicación no comienza hablando, sino escuchando, si pensamos en el “otro” realmente y si al planificar la emisión de un mensaje las interrogantes que nos hacemos son: ¿cómo formular el mensaje?, ¿de dónde partir para que el interlocutor se reconozca en el mensaje?, ¿cómo son sus destinatarios, qué problemas, qué inquietudes tienen, sus características culturales, su edad?, ¿qué medios utilizaré?, ¿qué canales?, entonces nos caracterizaremos por ser un “emisor comunicador”.

La comunicación es una aptitud, una capacidad, pero sobre todo es una actitud, entonces no podemos obviar las actitudes que nos garantizarán una buena comunicación, ellas están:
Empatía: Entendida como la capacidad para ponernos en el lugar del otro, para ver un asunto desde su punto de vista. Muchos estudiosos de la comunicación, consideran que su eficacia depende de la capacidad empática del comunicador.

Congruencia: La coherencia entre nuestro pensar, sentir y comportarnos en relación con los demás.

Aceptación: Tolerancia, madurez para aceptar que una persona es como es y no como uno quisiera que fuera.

Existen otros factores que también van a favorecer la comunicación, mencionemos algunos:

• Interésate por los otros, sinceramente.
• Emplea un tono de voz adecuado y siempre de acuerdo con las circunstancias.
• Sonríe cuando la ocasión lo requiera.
• Nombrar a una persona por su nombre, es la palabra más agradable que podamos escuchar.
• Habla con sencillez y adaptando tu lenguaje al de tu interlocutor.
• Conserva la calma en todo momento.
• A la hora de hacer un señalamiento hazlo en positivo.
• Aprende a ser un buen oyente.

Hemos dirigido una pequeña mirada al tema de la comunicación, hay mucho más que compartir, en el próximo artículo, abordaré consejos para una buena escucha.
Me despido con una fábula:

La ranita sorda.
Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos de ellas cayeron en un pozo profundo. Las demás se reunieron alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo que era les dijeron a las caídas que, para efectos prácticos, debían darse por muertas. Sin embargo, ellas seguían tratando de salir del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decían que esos esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por vencida y murió. La otra continuó saltando con tanto esfuerzo como le era posible. La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo. Las otras le preguntaron: “¿No escuchabas lo que te decíamos?” La ranita les explicó que era sorda, y creía que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse más y más para salir del hueco.

Moraleja: La palabra tiene poder de vida y de muerte. Una voz de aliento a alguien que se siente desanimado puede ayudarle a terminar el día, mientras que una palabra negativa puede acabar por destruirlo. Cualquiera puede decir palabras que roben a los demás el espíritu que les permite seguir la lucha en medio de tiempos difíciles. Tengamos cuidado con lo que decimos, pero sobre todo con lo que escuchamos.